Algo de Sabiduria La Inmortalidad

LA INMORTALIDAD

Entrar en la Vida, formar parte de ella, sentirse partícipe de todos los fenómenos es necesario para adentrarse en el autoconocimiento.

La Inmortalidad


Sentirse parte del TODO y, a la vez, ser ese TODO, nos hace comprender que la individualidad es solamente ilusión y, por lo tanto, motivo de engaño para nuestra mente. A través de ese engaño nos aferramos a ideas, a fenómenos y a cosas, provocando que nuestra separatividad nos haga intransigentes, intolerantes, xenófobos, en fin, nos hace creer que somos diferentes de los demás. ¡Qué error es no comprender que este sentido de individualidad está creado para enriquecer nuestra vida, nuestra alma, nuestro Yo Superior en definitiva, para que de esta forma se dé sentido al TODO! Sentir que todo tiene alma, que todo tiene energía, que todo tiene una finalidad nos hará ver cuán sencillo puede ser vivir. 

Continua.....


Aceptarse uno mismo tal como se es, amarse, nos proporcionará Paz, la Paz permitirá que comprendamos a las demás personas, nos hará más flexibles y tolerantes, menos críticos y, por lo tanto, menos separatistas, porque comprenderemos, observaremos a las personas y a las cosas en su nivel energético y espiritual, no juzgaremos, tan sólo nos sentiremos bien o mal en el lugar y con los personas que nos rodean.

Aquí debería terminar nuestro juicio, para que los demás actúen según su forma de ser y de sentir, sin interponernos ni juzgarles. Se ha de tener presente que el sentido evolutivo, aunque general, también es particular y que cada cual tiene su propia velocidad.

A partir de este momento ya no seremos un obstáculo para los demás, daremos paso a la aceptación. Por otra parte, sentirán nuestro respeto, que puede dar paso también a otras virtudes de índole superior, así tanto en general como en particular avanzaremos. El respeto siempre da paso a la comprensión y éste gran don solamente aporta la felicidad a la Tierra. Con esta forma de actuar manifestamos armonía con el TODO,
empezamos a ser una bendición para los demás y ellos se sienten o empezarán a sentirse en armonía con nosotros. Al mismo tiempo, esto permitirá que sus corazones se abran y adquieran los dones y virtudes que nosotros emanamos. Elevamos a nuestros semejantes así, sin imponerles nada, sin forzarles a nada, respetando sus vidas, pues habremos entrado en ellas como una brisa suave, como un soplo que acaricia su alma, habremos sembrado la semilla de la comprensión, la semilla del Amor. Solamente así nuestra Tierra adquirirá la Paz espiritual necesaria para poder elevarse hacia su nuevo destino dentro del Plan General, y nosotros seguiremos con ella como hijos suyos, dentro de la misma evolución.
Enric Corbera.

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