La Curiosidad de Richard Feyman

LA CURIOSIDAD DE RICHARD FEYNMAN

Tal día como hoy, pero del año 1918, nacía en Nueva York uno de los mayores físicos del siglo XX: Richard Feynman. A su extraordinario talento científico, Feynman sumaba una capacidad única para aunar rigor y pasión al explicar la ciencia, tanto a sus alumnos en Caltech como al gran público en general. Algo en lo que coincidía con otro de los grandes comunicadores de la ciencia, Carl Sagan.




En los últimos años, Reid Gower, fotógrafo y entusiasta de la ciencia y de la exploración espacial, ha impulsado un proyecto denominado The Sagan Series, que pone hermosas y sugerentes imágenes al servicio de las palabras de Carl Sagan.

Tras los vídeos dedicados a Sagan y a su mítica serie Cosmos, Gower ha aplicado ese formato a las palabras de Richard Feynman, lo que ha dado lugar a The Feynman Series, un conjunto de cuatro (hasta la fecha) fantásticos vídeos que transmiten a la perfección el espíritu incisivo, iconoclasta y apasionado del gran Richard Feynman:
Richard Feynman: El mundo es extraño, el universo entero es muy extraño, pero si nos  fijamos en los detalles descubrimos que las reglas del juego, las reglas mecánicas por las que podemos descifrar exactamente lo que va a ocurrir cuando la situación es sencilla, son simples.

Es como un juego de ajedrez: Si solo nos fijamos en una esquina del tablero, en la que no hay más que unas pocas piezas, podemos saber exactamente lo que pasará. Siempre podemos hacerlo cuando hay pocas piezas, así que sabemos que lo entendemos.

Sin embargo, en el juego real son tantas las piezas que no podemos predecir lo que va a a ocurrir. Existe una jerarquía de diferentes complejidades.

Es difícil de creer, es increíble. De hecho, la mayoría de la gente no cree que, pongamos por caso, mi comportamiento, aquí hablando sin parar, o el tuyo, asintiendo, o el de todas las demás cosas, sea resultado de un montón de átomos que obedecen reglas muy simples: se juntan y evolucionan para dar lugar a una criatura, resultado de un millón de años de evolución de la vida.

Hay tantas cosas en el mundo, tanta distancia entre las leyes fundamentales y el fenómeno final, que resulta casi increíble que la gran variedad de fenómenos que existen provenga de la aplicación continuada de unas reglas tan sencillas.

Entrevistador: Pero para encontrar esas reglas sencillas antes hay que construir el andamiaje más complejo…

Richard Feynman: Pero no es complicado. Lo que pasa es que son muchas cosas. Y si empiezas por el principio —cosa que nadie quiere hacer—, quiero decir que tú vienes ahora a entrevistarme y me preguntas sobre los descubrimientos más recientes. Pero nadie pregunta acerca de un fenómeno sencillo, ordinario, que sucede en la calle, como: “¿Qué pasa con los colores?” Podríamos tener una bonita entrevista en la que te explicaría todo lo que sé sobre los colores, sobre las alas de las mariposas…

Pero eso no te interesa. Tú lo que quieres es saber cuál el gran resultado final, y eso es complicado, porque a ese resultado se ha llegado tras aplicar durante 400 años un método muy eficaz para aprender cosas sobre el mundo.

Se trata de la curiosidad, de gente que se pregunta qué es lo que hace que las cosas se comporten como lo hacen.

Se trata de descubrir que las cosas están relacionadas: que los elementos que dan lugar al viento también forman las olas, que el movimiento del agua es como el movimiento del aire y como el movimiento de la arena. Que las cosas tienen características en común, cada vez más universales.

Queremos saber cómo funciona todo, qué es lo que hace que todo funcione. Sentimos curiosidad por saber dónde estamos, qué somos. Es mucho más emocionante descubrir que vivimos sobre una gran bola que gira en el espacio, que la mitada de nosotros vivimos cabeza abajo gracias a una fuerza misteriosa que nos atrae. Y que esta bola da vueltas alrededor de un gran globo de gas, alimentado por un fuego completamente diferente de cualquier fuego que nosotros podamos producir… Aunque ahora sí sabemos hacer ese fuego: es el fuego nuclear.

Para mucha gente esta historia es mucho más interesante que los cuentos que personas de otras épocas se inventaron sobre el universo: que vivíamos sobre el caparazón de una tortuga, o cosas de ese estilo. Eran historias maravillosas, pero la verdad es aún mucho más extraordinaria.

El placer que la física me proporciona consiste que revela una verdad extraordinaria, asombrosa… Como tanta otra gente que se dedicó a estudiar estas cosas antes que yo, tengo la enfermedad de querer entender un poquito mejor cómo funcionan las cosas.

Estamos fascinados, y esta fascinación llega a tal extremo que hemos sido capaces de convencer a gobiernos y otras instituciones para que sigan apoyándonos en la investigación de nuestro propio entorno.

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