El Área 51.
En medio del desierto de Nevada en los Estados Unidos se encuentra la ya famosa y mítica Área 51, llamada también Groom Lake, Watertown, Cuadrado Rojo o Dreamland.
Esta instalación militar se ha convertido en leyenda y en el blanco favorito de los ufólogos y curiosos debido a los innumerables testimonios y evidencias obtenidos por los investigadores, que demostrarían que en ese lugar se encuentra una de las tantas áreas cedidas por el gobierno norteamericano a seres de origen extraterrestre
Esta
sesión estaría enmarcada en un convenio secreto de intercambio de
tecnología y conocimientos, que, según nos relatan las historias,
habría comenzado luego del final de la segunda guerra mundial y en
el que participarían, además, otras superpotencias en mayor o menor
grado, siendo Inglaterra y Estados Unidos los principales miembros
del pacto secreto.
Cientos
son las personas que afirman que en ese lugar, principalmente de
noche, se pueden apreciar luces extrañas que despegan y aterrizan y
que su comportamiento no se asemeja a ningún aparato volador
convencional, y que más bien corresponderían a naves alienígenas
que son capaces de romper toda la lógica aerodinámica conocida con
toda clase de maniobras, giros y aceleraciones en vuelo imposibles de
ser igualados por aparatos terrestres.
Descriptas
como bolas de luz que flotan en el aire y alcanzan velocidades
colosales en milésimas de segundos, existen muchas fotografías y
filmaciones que avalarían los testimonios antes descriptos, no sólo
de la existencia de estas extrañas aeronaves, sino también de la
relación que existe entre el gobierno norteamericano y seres
alienígenas.
Desde
mediados de la década del cuarenta y hasta nuestros días se han
registrado "oficialmente" los estrellamientos de más de
cuarenta platillos voladores en diferentes regiones del planeta y
especialmente en lugares apartados de Estados Unidos, y de éstos se
habrían rescatado más de cien cadáveres de alienígenas, incluso
algunos vivos.
En
vista de lo anterior, es lógico que el gobierno norteamericano se
viera en la obligación de establecer una o varias bases secretas
destinadas única y exclusivamente a investigar tanto la tecnología
como la fisiología orgánica de los extraños visitantes, apoyados
por personal de élite en cada una de las operaciones de
investigación, y comprometidos firmemente en la causa encubridora
del gobierno.
El
Proyecto Libro Azul, el MJ-12, los proyectos Sing y Grunge, habrían
servido de cortinas de humo, que mantendrían ocupados a los
investigadores, a la población, a ciertos sectores del ámbito
político y científico que aceptaba la existencia de vida
extraterrena con explicaciones poco claras y rebuscadas.
Mientras
estos factores trataban de convencer que se trataba de
acontecimientos lógicos y explicables, una fracción selecta de
investigadores y científicos, más que nada militares, se ocupaba de
investigar los extraños aparatos y seres que oficialmente no
existían.
Como
secreta que es -o era-, el Área 51 no aparece en ninguno de los
mapas oficiales de los Estados Unidos, y sólo una vez fue mencionada
como Área 51 (de ahí su famoso nombre) en un mapa del ejercito
norteamericano realizado, con motivo de una visita oficial del
presidente Jhon F. Kennedy a Nevad, aunque sus instalaciones son
perfectamente visibles desde las montañas colindantes.
Sin
embargo, oficialmente siempre se negó rotundamente su existencia, y
no fue sino hasta que un satélite espía soviético envío un
fotografía, donde claramente de apreciaba una base militar secreta a
orillas de Groon Lake en el desierto de Nevada, que fue reconocida su
existencia como instalación experimental norteamericana en 1994.
Permanentemente
acosada desde entonces por ufólogos del mundo entero y convertida en
la meca de la ufología, se encuentra altamente resguardada por
personal militar que patrulla día y noche el sector, movilizados en
jeep blancos fuertemente armados y con órdenes de disparar a matar a
cualquier intruso que se acerque a los más de 10.000 Km2. por los
cuales se extiende la Base.
Además,
la zona se encuentra vigilada por cámaras de alta sensibilidad
dotadas de dispositivos de visión nocturna, micrófonos de largo
alcance y sensores de movimiento.
A
pesar de contar con extrañas pistas de aterrizaje -donde se lee
curiosamente "NOT FOR LANDING ", "NO ATERRIZAR"-
todos los vuelos sobre esa zona están prohibidos, y los osados que
lo han intentado han sido interceptados por cazas de combate o por
los legendarios helicópteros negros (que siempre que se trata de un
asunto de carácter ufológico hacen su misteriosa aparición) que
vigilan el espacio aéreo y obligados a descender.
No
son pocos los periodistas, ufólogos o simplemente curiosos que han
sido capturados por los guardias que custodian el lugar y que han
tenido que pagar altísimas multas, o penas de prisión en el peor de
los casos, por estar escudriñando en un vasto y desolado paraje
desértico, que aunque para el gobierno del país del norte no
existía, irónicamente esta prohibido.